Archivo del Autor: Florencia

Nueva edición del seminario «Cine, Cárcel y DDHH»

Se desarrolla, desde el martes 7 de febrero  la segunda edición del seminario-taller denominado «Cine, Cárcel y Derechos Humanos», organizado por el GESEC (Grupo de Estudio sobre Educación en Cárceles), la Comisión Universitaria de Educación Pública en Contextos de Encierro, y que cuenta con el aval de la Secretaría de Extensión de la Facultad de Trabajo Social, de la UNLP.

 

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¿Aquí no ha pasado nada?

El Colectivo de Investigación y Acción Jurídica (CIAJ), Extramuros, APDH, Colectivo La Cantora y el Gesec manifiestan su repudio y exigen que se revea el intento de sobreseimiento de los responsables del incendio ocurrido en octubre de 2005 en la Unidad nº 28 de Magdalena, donde murieron 33 personas.

A continuación, el comunicado de prensa:

El pasado 10 de octubre, la Sala II de la Cámara 3era de Apelaciones y Garantías de La Plata dictó el sobreseimiento de la mayoría de los imputados en la causa por el incendio en la Unidad Penal nº 28 de Magdalena, ocurrido en 2005 y que le costara la vida a 32 personas privadas de su libertad. La resolución fue firmada por el Dr. Almeida, el Dr. Szelagowski y la Dra. Maria Sofía Rezzónico Bernard.
A excepción de Cristian Alberto Nuñez y Carlos Oscar Tejeda, la medida deja sin posibilidad de juzgar a 15 de los agentes y funcionarios involucrados en el hecho, acusados del delito de abandono de persona seguido de muerte.
Los abajo firmantes repudiamos y apelamos esta medida.

El sábado 15 de octubre de 2005, en horas de la noche, 32 de 58 internos que se encontraban hacinados en el pabellón 16 de la Unidad nº 28 de Magdalena dependiente del Servicio Penitenciario Bonaerense, murieron a causa de un incendio.
Esa noche se produjo una pelea entre los internos en el interior del pabellón 16, que fue la excusa para el personal del servicio penitenciario y personal de la División Canes, para meterse al pabellón, portando escopetas con munición antitumulto.

En esas circunstancias, algunos internos iniciaron un foco ígneo en el sector de las últimas camas, el que se propagó rápidamente en su interior. Ante ello, los agentes penitenciarios se replegaron, procediéndose a cerrar la puerta que divide el sector de la Oficina de vigilancia y el pasillo que conduce al patio de recreo.

No obstante la situación de peligro cierto que corrían la vida de los internos y la obligación legalmente impuesta a los agentes penitenciarios de salvaguardar su integridad física, no abrieron la puerta delantera a fin de permitir el escape de las personas que se hallaban en el interior, privando a aquellos, del auxilio que era necesario para sobrevivir.
Luego de más de 3 años de investigación fueron imputados los agentes Raymundo Héctor Fernández, Jorge Luis Marti, María del Rosario Roma, Marcelo Fabricio Valdiviezo, Juan Eduardo Zaccheo, Gualberto Darío Molina, Juan Emiliano Santamaría, Juan César Romano, Carlos Augusto Bustos, Marcos David Sánchez, Rubén Alejandro Montes de Oca, Eduardo Gabriel Villareal, Mauricio Alejandro Giannovile, Maximiliano Morcella y Gonzalo Pérez como autores responsables del delito de abandono de persona seguido de muerte y Cristian Alberto Nuñez y Carlos Oscar Tejeda por el delito de homicidio culposo y la fiscalía pidió que la causa pasara a la instancia oral.
El Juez de Garantías Dr. Atencio, confirmó el pedido de elevar la causa a juicio.
Sin embargo, este año, la Sala II de la Cámara 3era de Apelaciones y Garantías de La Plata, dictó el sobreseimiento de todos los imputados a excepción de Tejeda y Nuñez.

Los camarista sostuvieron que “…en ningún momento los agentes penitenciaros quisieron abandonar a su suerte a los internos, sino que el cierre de la puerta delantera debió obedecer al “caos” reinante en el lugar: el intenso humo, la falta de electricidad, la diferencia numérica entre los agentes y los internos y la circunstancia de encontrarse estos últimos armados, tal como surge de los testimonios obrantes en autos y de la cantidad de armas de fabricación casera secuestradas en el Penal”
La resolución excusa a los imputados en su actuación, construyendo una justificación que no se condice con los elementos de prueba recolectados en la investigación. Elementos que permitirían, sin lugar a dudas, elevar la causa a juicio y llevar adelante un proceso oral, donde los familiares de las víctimas, y la sociedad en su conjunto, puedan conocer qué sucedió la noche del 16 de octubre de 2005.
La decisión judicial expresa la selectividad del poder judicial.
En este caso, y dado la institución a la que pertenecen todos los imputados, los jueces cambiaron su criterio histórico, el que aplican todos los días, para construir este sobreseimiento de manera forzada.
No se trata de condenar o sobreseer a los imputados en esta etapa procesal, sino solo de valorar si la causa se encuentra en condiciones de pasar a la discusión oral. Los únicos imputados de la causa, podrán, por el delito que se les reprocha, llegar a un juicio abreviado y por ende se cercenará a las víctimas de la posibilidad de escuchar lo sucedido y que sean los jueces de un juicio los que determinen o no la responsabilidad de los imputados.
Es de destacar que los imputados no se encuentran privados de la libertad.
Hay que recordarlo una vez más, que la muerte en las cárceles no es sólo la muerte directa, que llega a través de la tortura, sino todo aquello que crea las condiciones para la muerte, la falta de condiciones dignas, es muerte también, la falta de controles de todo tipo es muerte, porque crea condiciones para que se produzca la muerte. Los acontecimientos de Magdalena son la mejor prueba de la muerte que gestiona el Estado.
Si este sobreseimiento queda firme, no habrá juicio alguno sobre la masacre de Magdalena.
Por todo esto, apelamos y rechazamos la medida.
Colectivo de Investigación y Acción Jurídica (CIAJ), Extramuros, Gesec, APDH, Colectivo La Cantora.

Gracias a toda la FLIA!

Este fin de semañana se desarrolló en el Centro Cultural Circunvalación de La Plata, la quinta edición de la Feria del Libro Independiente y Autogestiva en esta ciudad.

El GESEC dijo presente y agradece la recepción de toda la gente y el rico intercambio que se generó en este espacio autogestionado, sin subsidios, ni auspiciantes. Totalmente independiente.

Pudimos presentar los talleres que llevamos a cabo durante todo el año, las producciones realizadas allí, así como el material con el que laburamos y consideramos interesante socializar.

El domingo contamos con invitados especiales y fue un orgullo para nosotros que estén allí. Y un gran cierre de año!!

Esperamos que se repita pronto!!!

Agendá!!!!

Las FLIAs que se vienen:

8 de Diciembre de 2010: 16ª FLIA Buenos Aires.
8 y 9 de Enero de 2011: 1ª FLIA Catamarca.
22 y 23 de Enero de 2011: 2ª FLIA San Marcos Sierra.
Febrero de 2011: 1ª FLIA Bogotá.

NOTA RECOMENDADA: «No puedo más»

La nota fue escrita por Andrea Homene, instructora de residentes de la Región Sanitaria XII y Perito psicóloga de la Defensoría General de Morón y publicada en Página 12 el jueves pasado.

Nos deja varias reflexiones. Sobre la confianza, nuestra, la ajena, sobre quienes trabajan con los pibes y la responsabilidad que no muchos asumen. Sobre los pedidos de (parte de ) la sociedad y qué hacer al respecto. Sobre aprender a escuchar…

Para leer con atención…

Jóvenes en conflicto con la ley penal“No puedo más”
Por Andrea Homene *

Con muchos jóvenes de los que recibimos en la Defensoría podemos sostener la apuesta. Llegan a nosotros como consecuencia de conflictos con la ley penal, y en el primer encuentro se muestran desconfiados (¿por qué habrían de confiar, después de todo?), reticentes y agresivos. Como queriendo delimitar territorio por medio de la intimidación, del mismo modo que se “paran de manos” en las esquinas frente a cualquier falta de respeto a liderazgos ganados a fuerza de trompadas.
Uno de ellos, en su primer acercamiento, montó una escena en la que protestaba enérgicamente “porque lo habíamos citado y lo molestábamos”, mientras que él “tenía que ir a vender en la calle”. Pero nadie lo había citado. Era tanto su enojo que decidí hacerlo pasar y simplemente le pregunté qué le pasaba. Rompió en llanto. “No puedo más”, dijo, y con un torrente interminable de palabras me contó que, que con 16 años, debía mantener su casa, que él era un chico, que tenía una hermanita menor a quien cuidar y alimentar, que se sentía solo, angustiado, desesperado, sin ayuda de nadie y sin saber cómo seguir.
Quizás era la primera vez que él podía decirle a alguien: “No puedo más”. Y, confesó, jamás lloraba delante de su familia o de sus amigos. Lloraba solo, cuando nadie lo veía.
A partir de su demanda pusimos en funcionamiento la red de instituciones ligadas al trabajo con jóvenes en conflicto con la ley penal. Junto con el Centro de Referencia, se articularon algunas acciones tendientes a gestionar documentación, becas o cualquier otro recurso que estuviera disponible. Desde ese primer encuentro, el joven comenzó a concurrir espontáneamente. Se quedaba durante horas, estando en nuestras oficinas, y después salía a trabajar. Digo “estando”, porque más allá de que en nuestros encuentros circulaban palabras, creo que lo fundamental para él era, y sigue siendo, estar: ocupar un espacio desde donde poder partir y al que poder volver toda vez que lo decida.
Retomó sus estudios, y orgulloso de su capacidad, nos trae las evaluaciones, entre las que destaca su “10 en matemáticas”. El contexto económico del joven no se ha modificado sustancialmente. Se logró que su madre contribuya trabajando desde su casa, y esto ha sido muy importante, no sólo en cuanto al aporte en dinero, sino para que el muchacho pueda correrse del lugar de garante y recuperar algo de su adolescencia.
No ha vuelto a delinquir y planea finalizar sus estudios para poder tener un buen empleo. Ya no se expone a riesgos, y ha podido desasirse de su identificación que lo cristalizaba en la imagen de un joven sin futuro, de la calle, a quien llevan preso por portación de rostro. Hoy, le gusta reconocerse como uno de los que pudieron sobreponerse a las dificultades, y aporta opiniones para que sean presentadas en congresos sobre la problemática de los menores en conflictos con la ley. Hace circular su palabra, y se emociona al advertir los efectos que produce.
Trabajar con menores en conflicto con la ley implica estar dispuesto a sostener la apuesta a la recuperación de los jóvenes, más allá de frustraciones, impotencia y a veces mucha tristeza. Implica rescatar y respetar la singularidad de cada chico, rompiendo con la idea de una “problemática de los jóvenes”. Implica recordar que cada caso es único, que no es efectivo repetir fórmulas de abordaje, que lo que puede ser eficaz en un caso puede ser totalmente inútil en otro. Implica sobreponerse a la presión mediática que identifica a los jóvenes como los responsables de los males que aquejan a la sociedad; que exige su exclusión y castigo, olvidando, no casualmente, la parte de responsabilidad que le compete. Finalmente, implica tener ganas de hacerlo, y tratar de intervenir de modo tal que estos chicos y chicas tengan una otra oportunidad.
Pero a veces llegamos tarde. Fue el caso de un pibe que llegó impaciente. No soportaba los minutos de espera que lo separaban del final de la entrevista que aún no había comenzado. Intempestivo, inquieto, sin entender por qué ni para qué debía hablar con alguien a quien no conocía y en quien no confiaba. El riesgo de que se fuera me hizo postergar otras tareas para hacerle lugar a su agitación, su enojo, su rechazo y su oposición a participar de la evaluación.
Sin embargo, al rato, el pibe no se quería ir. Contaba detalles de su vida con una desafectivización característica de quien ha sufrido tanto que ya ni siente. Sus historias tenían un denominador común: él resultaba herido. Es curioso cómo funcionan las cosas: padres abusadores, madres que abandonan, chicos presos…, adultos que proveen a los chicos de armas, adultos que les venden drogas, chicos presos. El era uno de esos chicos. Tenía por delante, en pocos días, un juicio en el que probablemente recibiera una dura condena. Ni siquiera pensaba en darse a la fuga. Se entregaba casi mansamente a un destino que parecía inexorable.
Al final de sus historias, siempre resultaba herido. Y nosotros llegamos tarde, no pudimos cuidarlo. De sí mismo. De su búsqueda incesante de esa marca en el cuerpo que apaciguara su dolor disimulado bajo la máscara de la omnipotencia infantil. Tan tarde llegamos que las palabras, las nuestras, las de él, eran sólo un ruido molesto que sólo le generaba un gesto de disgusto. Tan tarde llegamos que su madre sólo esperaba el día en el que “se lo trajeran en una bolsa”. Tan tarde, que él no pudo hacer otra cosa que cumplir el designio que su historia le tenía reservado.
* Psicoanalista. Instructora de residentes de la Región Sanitaria XII. Perito psicóloga de la Defensoría General de Morón.

Jornada de reflexión sobre Educación en Cárceles en Tandil

Los integrantes del Taller «El lenguaje audiovisual y la promoción de los derechos humanos en contextos de encierro» invitan por este medio a la Jornada de Reflexión sobre lo realizado en la Primera Etapa (2009-2010), y readecuación de las metas y actividades a desarrollar durante el año 2011.

Dicho taller está activo desde 2009 en la Unidad Penitenciaria Nº 37 (Barker) y se propone construir en contextos de encierro un espacio para la libre expresión y el estudio compartido de los derechos humanos y el lenguaje audiovisual.

El taller forma parte del Programa de Voluntariado del Ministerio de Educación de la Nación, y está abierto a la incorporación de estudiantes universitarios, en especial de la Facultad de Arte, que tengan interés en contribuir solidariamente al desarrollo de los objetivos del proyecto.

Además consideramos indispensable hacer una amplia convocatoria a la participación en la Jornada del día 4 a estudiantes, graduados, profesores, autoridades, muchos de ellos artistas invitados que han participado y participan del taller, y público en general.

La Jornada contará con la presencia de Noelia Natalia Ferreyra, coordinadora general del GESEC.

La jornada, organizada por la Secretaría de Extensión de la Facultad de Arte junto al GESEC, se denormina «La educación formal/informal en contextos de encierro» y se desarrollará este sábado a las 10hs. en el Micro Cine 1, tercer piso de la Facultad de Arte, ubicada en Pinto y Chacabuco.